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A estas alturas, ya Ud. probablemente ya se enteró. Si no, déjeme decirle que Paraguay acaba de elegir como su próximo presidente a quien fuera hasta hace menos de un año el Obispo Fernando Lugo, de la diócesis católico-romana de San Pedro (la más pobre del país).
Con su triunfo electoral, Lugo terminó con nada menos que 61 años de monopolio presidencial del Partido Colorado en Paraguay, el cual, entre otros regalitos, le trajo al pueblo Paraguayo una dictadura como la de Stroessner y una deprivación generalizada de la nación, al punto que, literalmente, los ricos de Paraguay produjeron los pobres que ahora botaron, votaron al Partido Colorado fuera de la Presidencia.
Y decimos que era el Obispo Fernando Lugo, hasta hace menos de un año, porque fue entonces que el Benedicto lo suspendió ad divinis del ejercicio del episcopado (imagínese Usted).
Y ahora, Monseñor Lugo es Presidente.
Parece que le llegó la hora a los pobres de Paraguay, y el ´Vicario de Cristo´ perdió el tren.
Pura ironía.
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