El sitio de noticias Politico.com ha estado publicando una serie de ensayos que, al menos en inspiración, están dirigidos al próximo Presidente de los Estados Unidos de América (Estimado 44, en referencia el número de sucesión del próximo presidente, W Bush siendo el número 43) a ser electo el próximo 4 de Noviembre e instalado el siguiente 20 de Enero 2009.
En particular, captó mi atención un escrito de Tom Donohue, Presidente y CEO de la Cámara de Comercio de los EE.UU, quien expone los retos estructurales que habrá de enfrentar el próximo ocupante de la Casa Blanca, particularmente en el campo económico:
“Ted Sorensen, quien fuera consejero de John F. Kennedy, escribió recientemente: ´Estamos perdiendo la memoria de la historia de (los Estados Unidos de) América, olvidando quiénes somos y qué nos ha costado llegar tan lejos´. Y yo creo que es hora de que los Americanos (sic) le demostremos a Sorensen que está equivocado. Tenemos que despertar. Tenemos que recordar que el Sueño Americano es una aspiración, y no un derecho de nacimiento”.
Hoy día, el ´Sueño Americano´ es una criatura en diaria transformación. Si bien ahora se asocia más con un instinto indeterminad de conseguir el éxito, ganarse la lotería de la vida, ascender en el mercado y, en general, triunfar en grande, sin embargo, como tal, la frase fue empleada, por primera vez por James Truslow en su libro de 1931 The Epic of America:
´el Sueño Americano es ese sueño de una tierra donde la vida debe ser mejor y más plena y generosa para todos, con oportunidades para cada cual según su capacidad o habilidad. Este es un sueño que es difícil de entender para las clases altas en Europa, y muchos entre nosotros hemos crecido en desconfianza e incomodidad con este concepto. Pero no es un sueño meramente sobre autos y buenos salarios, sino un sueño de un orden social en el que cada hombre y mujer pueda llegar a la máxima estatura de que sea capaz, y ser reconocidos por otros por lo que son, sin importar las impredecibles circunstancias de la familia o posición social en que se haya nacido´.
Yo no sé si Tom Donohue se ha dado cuenta, pero en ese párrafo de su ensayo Estimado Presidente 44 se encierra la esencia de la debacle sistémica que está afectando la economía y, con ello, la vida social en los EUA. Más que a ningún otro segmento demográfico, esta crisis está golpeando a gente que perdió la mayor parte de aquello que les hacía clase media, o mejor dicho, ejemplos del Sueño Americano.
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Y excúseseme la ingenuidad, pero en un país con los recursos naturales, avances tecnológicos, infraestructura civil, capital humano disponible y penetración en la economía global como los EUA, yo quisiera pensar que ´el Sueño Americano´ no es sólo un derecho, sino más bien una necesidad, para todo ciudadano.
No se trata de hacer millones en unos pocos meses o años, sino de contribuir al bienestar de la sociedad por medio del mejoramiento personal y familiar. Y hay una ruptura entre esas dos visiones del Sueño Americano que, Dios quiera, los ciudadanos de los EUA puedan resolver, y pronto. Digo, si es que aquel país quiere mantenerse en una sola pieza.
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